Recordar es volver a vivir, con cariño realizamos la remembranza de un gran deportista de la época dorada del judo mundial. Este hombre protagonista de acontecimientos prodigiosos era el Sensei Reynaldo Forti, 9º dan, que nació un 11 de noviembre de 1926, en la capital de Argentina (Buenos Aires) y partió de este mundo a la edad de 91 años, un 13 de enero de 2017. El edificio Kuramae Kokugikan fue obra situada en el vecindario Kuramae en Taitō, Tokio (Japón) y que en un principio fue construido con la finalidad de celebrar torneos de sumo y tuvo la oportunidad de albergar el Primer Campeonato Mundial de Judo en 1956. Dicho evento estuvo a cargo de la Federación Internacional (IJF), así como con el aporte de la Federación Japonesa de Judo y en el mismo estuvo presente el Sensei Forti.
El 3 de mayo de 1956 sería un año icónico, En el que el tatami sería testigo fehaciente de una competición entre dos judokas de talla mundialista que, marcaron huella en esta disciplina. Sensei Anton Geesink, el gigante holandés y Reynaldo Forti quien evoca una etapa de hegemonía continental del judo argentino, compuesto por un grupo de competidores que trascendieron los límites nacionales.
¡Cuando tuve delante de mí al judoka Geesink, con lo alto que era creí que tocaba el techo!, ¡Me asusté!. Me eliminó. Mi uchi mata, estaba obsoleto con él. Fue toda una lección para mí.. Por eso en judo se dice siempre: elige quien te dará la paliza, que es quien te dará la experiencia.”,comentaba como la anécdota que más emoción recordaba, por muchas razones, inolvidable.
Apasionado por los deportes de combate, Sensei Forti inicia su trayectoria deportiva en la disciplina de box, donde le enseñaron a desplazarse, pero por azares del destino, fue a la edad de 15 años que el porteño marcó su destino comenzando la práctica de nuestra arte marcial.
Sensei Forti perteneció a la pléyade de practicantes locales del arte creado por Jigoro Kano, fue alumno de los Senseis Hitoshi Nishizaka y Tajuro Kumazawa. Internacionalmente fue aleccionado por los Senseis Kawaishi, Mifune, Koizumi y Abe. Proveniente de la primera generación de practicantes en Argentina, toda un icono de la época dorada del Judo mundial.
Al iniciar su entrenamiento con Sensei Kumazawa la estrategia que se implementó era no ver, no oir, no hablar, de rotundo respeto como es tradición en la enseñanza japonesa y en donde los mejores, entrenan a los mejores.
El Sensei argentino, con su piel morena, siempre se sintió bendecido en toda su trayectoria deportiva, tanto como alumno y competidor. Tuvo el privilegio de ser de los pocos elegidos para conocer al país del sol naciente, (Japón)., así como entrenar en el recinto sagrado del Kodokan, un lugar legendario y sede central de la comunidad mundial de judo.
"Es otra forma de ver el judo. Todos concentrados entrenando, nadie sentado, ni hablando en el tatami. El ambiente invita a seguir con el entrenamiento ejecutado. Una vez que usted entra al tatami, ya tiene tres judokas, invitandolo a competir. No te puedes rehusar. En Japón todavía es muy duro el proceso de la enseñanza de un judoka. En Argentina no se aguantaría ese tipo de preparación. Este palito, (shinai ), lo usan para corregir al alumno.Si luchabas doblado, te pegaba en los riñones", comentaba con furor al recuerdo.
Pero lo de mayor valía sin lugar a duda, fue el gran honor de conocer a Sensei Kyūzō Mifune,10 º Dan. Clasificado como uno de los más grandes practicantes del arte del judo, considerado el mejor técnico de judo después del Shihan Jigoro.Kano. Sus ojos se resplandecen de alegría al mencionar dicha travesía.
Se da otro hecho trascendental, en la ciudad de la Habana, Cuba, el 8 de octubre de 1952, al celebrarse el primer Campeonato Panamericano de Judo, y, donde Sensei Forti se sube hasta lo más alto del podio al obtener la presea dorada, en la categoría de 2º dan. Con la participación de Argentina, Canadá, Estados Unidos y por supuesto el país sede Cuba. Fueron los países participantes y creadores de ese primer contacto llevado a cabo para construir los cimientos del Judo Panamericano. Este logro histórico fue gracias a la eficaz labor en la isla del director técnico de la FCJJ, el Sensei André Kolychkine.
Año de 1953, un año de retos. La naciente Unión Europea de Judo en conjunto con la Unión Panamericana de Judo, organizó una serie de encuentros en el viejo continente y uno de sus objetivos era realizar un enfrentamiento entre América y Europa. Por su parte el Continente Americano creó una escuadra con los mejores competidores de la época. Entre ellos se encontraba Sensei André Kolychkine Thomson, padre e introductor del judo clásico japonés en Cuba y por supuesto todo un icono, el Sensei Reynaldo Forti.
Los integrantes que conformaron parte del equipo Americano fueron: el Campeón Panamericano, Sensei Reynaldo Forti, 2º Dan (Argentina), Sensei Mario Cachile, 1ºDan (Argentina), Sensei André Kolychkine, 3º Dan (Cuba), Sensei Heriberto Garcia Gomez, 2º Dan (Cuba), Sensei Lyle Hunt, 3ºDan (Campeón de los Estados Unidos), y con el Capitán del equipo de los Estado Unidos, Primer Campeón Panamericano, Sensei John Osako, 4º Dan.
Ese evento lo definió como raro el Sensei Forti, al referir que se llevaron una sorpresa, ya que no les hicieron competir contra el mejor equipo de ese lugar, sino con cada equipo nacional de cada país. "La verdad no teníamos espíritu de equipo, casi no nos conocíamos. Mientras que ellos respondieron a su bandera, y tenían sentimiento patrio", comentaba: "Cada enfrentamiento era de guerra. Se inicia con la competición frente a Francia, país que es pionero en la disciplina de Judo, gracias al tesón de Sensei Mikonosuke Kawaishi, fundador y gran impulsor del Judo europeo.
"En esos enfrentamientos maduramos mucho, y mejoramos al tal grado de entender que estábamos solos frente a algo nuevo y que el equipo Americano debía unirse, con la finalidad de apoyarse mutuamente, valor que es fundamental en la disciplina de Judo. El cambio fue enorme a tal grado de vencer a los franceses, e ingleses. Nos sentimos muy contentos con el resultado al derrotar a los judokas de la cuna del Judo Europeo. Esto actualmente en Argentina, es impensable", finalizaba.
Mencionaremos que la hegemonía de los judokas del continente europeo, en aquella época, así como en la actual, es de deportistas con un nivel muy elevado.
La trayectoria de Sensei Forti, fue muy rica, para ello podemos mencionar algunos de sus logros obtenidos durante 20 años, sobre los más diversos tatamis del mundo.
- Campeón argentino en 1949 y 1950.
- Campeón panamericano en 1952, 53, 54. 56 y 57.
- Subcampeón panamericano en 1960 y 1962.
"Gané muchos torneos, algunos muy importantes, pero siempre pensaba si había llegado a mi estado óptimo, si después de cada victoria me había superado con respecto a las anteriores", ese era el objetivo en palabras del destcado maestro.
El Salón de la Fama tiene como objetivo reconocer y perpetuar mediante el ingreso al mismo, la trayectoria deportiva de aquellos Senseis que han trascendido en la práctica y dirección del deporte. Por ende de estas figuras legendarias del Judo que han sido elevados la inmortalidad en el salón de la fama del deporte del Judo Panamericano se encuentra la figura de Reynaldo Forti (Argentina), también está incluído Luis Guardia, quien fue un entusiasta fundador de la Unión Panamericana de Judo, y por supuesto el inigualable André Kolychkine, ambos Senseis de Cuba, entre otros destacados judokas de nuestro continente..
El nombre de Reynaldo Forti evoca la época de hegemonía del judo argentino. Un judoka con corazón. Todo éxito en su trayectoria deportiva, fue debido a sacrificios, trabajo y estudio. Sus premios no fueron solo coleccionar: medallas, trofeos o diplomas, sino representar dignamente a su país, club, o "a sí mismo". Su mayor orgullo fue ganar prestigio Internacional para el judo argentino..
Nunca le interesó mayormente el beneficio que podía dejar la disciplina de judo, todo lo hizo por sentirse orgulloso de su país Argentina. El Judo no es solo entrenar y una etapa de la vida. Es una cosa que nunca se termina.
Pero hace énfasis, en que todo logro fue gracias a sentirse bendecido con el grupo de amistades que lo rodearon y lo lograron motivar. Su grupo de amigos del que se rodeó, los Senseis que lo fueron moldeando como hombre, como judoka, como ser humano. Su familia, pieza fundamental en su desarrollo y las oportunidades que la vida le presentó con la finalidad de desarrollar plenamente su vocación.
Los amantes de la disciplina de Judo, se caracterizan por contar en sus respectivos hogares con videos, fotos del recuerdo, documentos y gráficos de todo lo que compete a la disciplina de Judo. Es la pasión que a su vez se transforma en amor por nuestro deporte. Es el caso del Sensei Reynaldo Forti, que cuenta con recuerdos valiosos de toda su trayectoria deportiva. Recuerdos estos que poseen una riqueza extraordinaria.
Reynaldo Forti es considerado, el guerrero del judo, el mito, leyenda, icono, prócer, pero además deello es que fue un gran ser humano que dejó un legado imprescindible en nuestra arte marcial y marcó el camino de las futuras descendencias judokas de Argentina y el área panamericana.
FUENTE: Pedro Kolychkine/Para Judo Noticias desde México de Josefina Rosas González
FOTOS: Diversos medios gráficos