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París es París

Hay indicios que no engañan. Son pistas sólidas, que brindan respuestas. París rima con febrero, frío por fuera y caliente por dentro. Por una vez, París es otoño y cuando algunos de los grandes viajan a la capital francesa en lugar de descansar, eso lo dice todo. Es normal, porque en el mundo del judo, París es una ciudad eterna.

Se sabe que después de los Juegos Olímpicos, los campeones, medallistas y favoritos se dedican al descanso; rompen con una rutina establecida porque necesitan recargar las pilas, para dedicarse a otra cosa. Entonces, cuando París organiza su torneo, las cosas cambian. El mundo del judo también es una caja de resonancia y hay pocos secretos. La gran mayoría del judoka tiene a París como su referente absoluto después de los campeonatos del mundo y los Juegos Olímpicos. Todos quieren ganar en París. No hay nada nuevo este año, pero hay una fiesta programada, porque el torneo de París, ahora Grand Slam, tiene medio siglo.

Jean-Luc Rougé, ahora Secretario General de la IJF, compitiendo en el Tournoi de Paris. Foto cortesía de lepoint.fr

Los Campeonatos del Mundo de Budapest son historia y Tokio ya pasó hace mucho tiempo, pero muchos pesos pesados ​​han venido a París, por la seriedad de la historia, por la reputación, porque París es otra cosa. Hemos tenido el Gran Prix en Croacia y el Campeonato Mundial Junior en Italia. Ambas citas fueron excepcionales, porque hay campeones que nunca descansan, mientras que otros buscan redimirse y hay promesas que confirman su talento y otras que ven futuro. Hay vida, hay presente y hay perspectivas alentadoras. ¡Y luego está París!

Tato Grigalashvili, Arman Adamian, Barbara Matic, Matthias Casse, Shirine Boukli son algunos ejemplos. Hay de todo: campeones del mundo, medallistas olímpicos y peces gordos de todos los torneos. Luego, por supuesto, está Japón. Cuando el ejército japonés se mueve, significa que el nombramiento vale la pena. París ha sido una parada obligatoria para Japón desde los albores de los tiempos, porque ganar aquí es como ganar en Japón: igual de encomiable, igual de emocionante.

El campeón mundial Matthias Casse de Bélgica con el oro en París en 2020, vuelve a defender su título.

No en todas partes se puede poner a disposición del judoka un estadio con capacidad para cerca de 20.000 personas, un público en tiempos de pandemia, cuatro tatamis, una gigantesca zona de calentamiento y mil puntos de recompensa. París es un Grand Slam diferente, un torneo especial. Los que vienen lo hacen con respeto y ansiedad y los que no, siempre terminan arrepintiéndose. Estamos aquí y lo sentiremos todo porque París es París. Todos lo saben; nosotros también, porque tiene 50 años y porque el Grand Slam de París es un mundo aparte.

FUENTEIJF/Pedro Lasuen

FOTOSIJF/Emanuele Di Feliciantonio/Gabriela Sabau

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