España entera vibró ayer con el triunfo de Niko Sherazadishvili al ser el primer judoka de esta nación en coronarse como campeón en la categoría masculina. Desde el año 1951 que comenzaron las citas universales y poseía como mejores resultados la plata de Quino Ruiz (para más señas el entrenador del hoy Campeón del Mundo) en Barcelona 1991 y la de Sugoi Uriarte en Amsterdam 2009. Pero comencemos por el inicio…
El joven de 22 años enfrentó un cuadro complicado, pero a pesar de ello venía con el objetivo de llegar a la cima de un podio universal (había sido plata mundial junior en 2014 y 2015) y para ello derrotó en su primera salida al tatami al islandés Blondal de un espectacular Uchi mata. Acto seguido tenía un hueso duro de roer, el actual Campeón de Europa Senior (que lo derrotó en este certamen), el ruso Igolnikov, pero el georgiano de nacimiento, pero español de formación deportiva moldeado magistralmente por las manos de Quino, ejecutaba otro gran Uchi mata que le daba el wazari y el paso a la siguiente ronda.
En su tercer desafío del día el tuco Ozerler se lleva para casa un ipponazo de ouchi gari realizado magistralmente por el judoka de Brunete. Y todo quedó listo para los cuartos de final, un apasionante encuentro ante uno de los judokas con mayor palmarés en este peso, el cubano Asley González (Campeón Mundial en Rio 2013 y subcampeón olímpico en Londres 2012, entre muchos otros éxitos), sin embargo el dominio del ibérico fue total contra un Asley superado y también lesionado (en su lucha anterior con el italiano Mungai sufrió una rotura muscular del bíceps femoral que lo impidió disputar la repesca) al que derrotó de un temprano wazari (Uchi mata) rematado en las postrimerías del encuentro con otro wazari (Sode tsuri komi goshi),
Un gran Niko en estado de gracia accedía a la semifinal frente a un rival al que nunca había derrotado: el húngaro Kristian Toth (4 reveses ante él) y este combate comenzaba con un dominio latente por parte del judoka que llegó de Georgia (nación que también celebró este oro con efusividad) a España en 2010 con solo 14 años. Dos sanciones al final de los 4 minutos dictaban el prolongamiento para decidir el ganador y el húngaro superado y agotado realizó un ataque de seoi nage perfectamento contrado por Niko que resultó en el wazari de la victoria.
Por tercera vez en la historia un español se plantaba en una final de un Mundial Senior…y como bien dicen a la tercera va la vencida. En el desafío en cuestión, su rival era el también joven de 22 años Iván Felipe Silva, el campeón panamericano de este año, que también había sido medallista mundial junior en 2015 (-81 Kg) y que fue una de las agradables sorpresas de la jornada y en su cuadro bastante complicado por cierto, se deshizo de cinco oponentes, cuatro de ellos con triunfos ante rivales de categoría como el libanés-brasilero Elías (wazari), el ucraniano Nhabali (Ippón), el nipón Nagasawa (por 3 sanciones) y el francés Clerget.(IIppón)
La contienda comenzaba con un wazari de contra-ataque del caribeño frente a un uchi mata de Niko. Un combate intenso en el que ambos tenían las estrategias bien estudiadas, pero el judoka con licencia gallega ejecutaba a falta de 50 segundos del final un rapidísimo cambio atrás e igualaba la disputa. Y en el punto de oro más de lo mismo: dos colosos luchando por llevarse el primer cetro mundial de sus jóvenes carreras deportivas y sería Sherazadishvili el que después de dos minutos marcaba el wazari definitivo que lo convertía en titular mundial, haciendo historia en Bakú y marcando un hito histórico para el judo de España.
El primer bronce iba a parar al cuello del galo Clerget, el cual remontó una desventaja de wazari ante el germano Trippel con un prodigioso trabajo de shime waza que lo catapultó a su primera medalla en citas del orbe. En la otra semifinal un durísimo y agotador duelo entre el húngaro Toth y el japonés Nagasawa, solo se decantaba a favor del segundo en un extenso golden score de casi cuatro minutos por un wazari de contra-ataque, convirtiéndose también en debutante en un podio mundial.
Niko Sherazadishvili en su camino hacia el título mostró talento, potencia física, un perfecto dominio de los conceptos tácticos, un judo envidiable que posee una variedad y una riqueza extraordinaria, algunas avalada por su gran estatura (Uchi mata, Ouchi Gari, Osoto gari, etc) y otras tan impensables como un excelente sode tsuri komi goshi que lo han convertido merced a su coraje, dedicación y humildad, capitaneado por un entrenador-padre como Quino y arropado por un club-familia (Brunete) en más que justo Campeón Mundial.
Ayer el Judo Mundial olió a España, un perfume firmado por la estrella de un humilde joven de sonrisa permanente y un corazón enorme.
Enhorabuena Niko, Quino y Brunete.
FOTOS: IJF/Paco Lozano