En cualquier otra nación del mundo Ryuju Nagayama, sería titular indiscutible, pero sucede que la cuna del Judo, Japón, es su país natal. El vencedor ayer del Grand Slam de Dusseldorf en los menos de 60 Kg, no tuvo rival a su altura en esta cita y se fue deshaciendo de todos ellos (5 en total), con la clase y explosividad que caracteriza al judo nipón y en especial a los judokas de esta categoría.
En poco más de dos años (diciembre del 2017 hasta la actualidad), el japonés apenas ha sufrido dos derrotas en 31 combates y ambos ha sido ante su gran rival, su compatriota y tres veces Campeón del Mundo, Nahoisa Takato, siendo una de ellas en una disputada semifinal del Mundial del pasado año, que solo se decidió en el punto de oro y en la que cayó de wazari.
A pesar de ello el judoka que tiene su base de entrenamiento en la Universidad de Tokai, ha triunfado en ese lapso de tiempo en un Master Mundial, en tres Grand Slam y en un Grand Prix, razones para ser considerado como un "suplente de lujo". Sin embargo Takato no debe confiarse, pues su sorpresiva eliminación en el Grand Slam de Osaka (noviembre 2018), sumado al triunfo de Nagayama en este evento, insuflaron renovadas esperanzas a su coterráneo que ya ha sido Campeón Mundial Junior y Cadete.
Tal vez por ello Takato haya dado un golpe de autoridad sobre el tatami venciendo sin objeciones el Grand Slam de París hace dos semanas, y así enviando un claro aviso a Nagayama y compañía que lo del Gran Slam nipón fue simple traspié. Por su edad (22 años) Nagayama tal vez pudiera darse el lujo de aguardar un nuevo ciclo olímpico, pero no será por dejar de intentarlo hasta el último momento, que su deseo de ser el elegido para Tokio 2020 deje de ser un sueño y se convierta en realidad.
FOTOS: IJF/Christian Fidler