Hubo algunas actuaciones estupendas el primer día, pero la que amasó más emoción fue indiscutiblemente Telma MONTEIRO (POR).
Sería difícil encontrar a alguien que no sepa su nombre, la judka de 35 años ha estado constantemente obteniendo medallas y obteniendo títulos en la gira de la IJF desde 2009, con un bronce olímpico y medallas mundiales para arrancar. Sin embargo, ayer fue una victoria muy emotiva, potencialmente su último título europeo, pero ¿dónde mejor para llevarlo que en casa?
La motivación fue clara desde el principio y no podía equivocarse con su equipo, familia y federación animándola desde las gradas y alentándola en cada paso del camino.
Su primer combate fue contra otra veterana del circuito de la IJF, Sabrina FILZMOSER (AUT), un combate duro que dio la sensación de que podría haber ido en cualquier dirección hasta los segundos finales con un wazari anotado por la portuguesa. Ahora en la zona y con su primera victoria en la bolsa, la segunda fue un esfuerzo mucho más rápido y suave cuando se enfrentó a Mina LIBEER (BEL). En comparación, Libeer es todavía muy nueva en el circuito senior, pero está adquiriendo una valiosa experiencia en esta categoría.
La semifinal supuso mucha presión para Monteiro, al enfrentarse a la cabeza de serie número uno de Europa y Campeona de Europa 2018, Nora GJACKOVA (KOS). Con un enfrentamiento tan duro, la pareja logró una extenuante puntuación de oro, pero la eventual ganadora fue, por supuesto, Monteiro, enviando a Gjakova al concurso de la medalla de bronce donde finalmente se llevó la victoria.
En el otro lado del cuadro, Sarah Leonie CYSIQUE (FRA) era la favorita para ir a la semifinal, sin embargo, un fuerte enfrentamiento contra Kaja KAJZER (SLO) envió a las francesa al bronce y a Kajzer a la final. Una vez más, Monteiro se encontró con otra situación de puntuación de oro en la final, Kajzer, una oponente digna y logró controlar el concurso hasta que notó una pequeña lesión que, lamentablemente, se convirtió en su perdición. Con Monteiro en la posición más fuerte, estaba claro que su dedicación y voluntad de ganar se materializarían y una técnica final dinámica la vio explotar de emoción.
Al darse cuenta de que su oponente estaba lesionada, su deportividad la distrajo de la victoria y fue a ver a Kajzer. Al salir del tatami se encontró con una ola de agradecimiento, felicidad y amor por parte de su entrenador y su equipo, permitiendo que otra ola de emoción golpeara y se diera cuenta de que había ganado ese sexto título.
Clasificarse para sus quintos Juegos Olímpicos es un logro increíble en sí mismo, pero reclamar un título europeo en casa el mismo año no podría ser una mejor señal. Le deseamos mucha suerte durante el resto de este ciclo.
FUENTE: EJU/Thea Cowen
FOTOS: EJU