Hoy queremos recordar con cariño a una de las figuras pioneras del judo cubano: el Profesor Luis Guardia, que falleció en marzo de este año. Cuando hablamos de grandes maestros cubanos, no podemos olvidar su nombre y su inmensa obra. De hecho recibió su cinturón negro a los 19 años y tiempo después abrió su primer dojo en Cuba el Cerro Judo Club en el año 1952, además de ser uno de los entusiastas fundadores de la Unión Panamericana de Judo.
El Profesor Guardia que desde el año 1978 estuvo radicado en el Sur de la Florida y llegó a ostentar el 9º Dan, tuvo una activa labor hasta su fallecimiento, donde sumó importantes títulos, como competidor, entrenador, delegado, asesor técnico, árbitro e historiador que resume un poco su maravillosa historia de vida y pasión por el judo.
En 2017 fue galardonado por la Federación Internacional de Judo, de manos de Marius Vizer, su presidente, por la obra de toda una vida dedicada al judo con bondad y conocimientos que le permitieron divulgar con tanta profesionalidad el judo en la Isla y otras partes del mundo.
La mejor forma de recordarlo y honrar su obra es con sus palabras que definen de forma excelente sus ideas de nuestra arte marcial:
“De acuerdo con lo que nosotros hemos divulgado, el Judo es un complemento de la Educación Integral. El ciudadano se educa a través de distintas educaciones: profesional, técnica y en Educación Física está el Judo. La finalidad de esto es formar ciudadanos que puedan responder a las exigencias de su país con respeto y tiene como común denominador el desarrollo de la voluntad para lograr lo que se tiene hacer”.
El Profesor Luis Guardia siempre estará presente en los corazones de los judokas cubanos.