Nunca imaginó el jovencito nacido en la antigua colonia portuguesa Sao Tomé y Principe cuando arribó a Lisboa a los 11 años que su camino en busca de un futuro mejor tendría como destino un tatami. Nunca imaginó que al ver una clase de Judo impartido por el que le ha enseñado todo sobre esta arte (Pedro Soares) quedaría prendado para siempre de un deporte que hoy lo ha llevado a la cima del mundo.
Estas son algunas pinceladas de la vida de un adolescente que a los 17 años una temprana paternidad lo hizo madurar y afrontar la vida de una forma diferente. La historia de un deportista que en el 2015 luchó y superó un cáncer. La historia de un hombre que su mayor ilusión es ser ejemplo para su hijo y que sueña después de su retiro en ser policia para servir a la ciudadanía. La historia del judoka que hoy ha inscrito el nombre de Portugal con letras de oro en el judo mundial y el protagonista de la misma es Jorge Fonseca.
El camino dorado del lusitano Jorge Fonseca comenzó con triunfo ante el chileno Briceño, Campeón de los Juegos Panamericanos 2019 por wazari de Morote seoi nage. En su segunda salida al tatami despachó en apenas 20 segundos a Singh (IND), 122º del mundo por wazari e Ippón de Sode tsuri komi goshi. Frente al irlandés Fletcher, 9º de la lista universal de nuevo aparecía un perfecto Morote seoi nage que liquidaba a su rival en poco más de un minuto.
Los cuartos de final lo emparejó ante el georgiano Liparteliani plata mundial en 2017 y 2018 y Subcampón de Europa este año y a pesar de los créditos de su rival y lo equilibrado de la lucha, el portugués conseguía un Ippón en el último minuto que sellaba su paso a semifinal en lo cual lo aguardaba el azerbaiyano Gasimov,
El actual número 10 del mundo y Subcampeón Olímpico en Rio 2016 era batido por Fonseca debido a un oportunísimo wazari en el último suspiro del combate que le dio el billete a la gran final. Su rival por el oro era el ruso Niyaz Ilyazov, que se había deshecho de cinco rivales entre ellos el medalllista de bronce europeo en 2019, el francés Maret y el campeón del mundo de 2018, el surcoreano Cho.
Ya en la final el luso sacó a relucir su arma más eficaz, el Morote seoi nage y antes del minuto ya había proyectado a su rival de wazari. A pesar del impetu del judoka del Este, sus argumentos no fueron suficientes para darle vuelta al marcador y Jorge Fonseca bajo la atenta mirada desde la silla de su descubridor y entrenador de toda la vida (Pedro Soares) se proclamaba Campeón del Mundo, otorgando a su nación el primer oro en su historia,.
Un gran destaque más que merecido para la actuación de los judokas portugueses, que han firmado su mejor Mundial en Tokio con una medalla de oro, una de plata y dos quintos puestos.
Los bronces han sido para el holandés Michael Korrel que hoy alcanzó su primer podio a este nivel, mientras que el segundo metal de este color iba a las manos del nipón Aaron Wolf, que obtenía su segundo metal en mundiales después del oro de la edición del 2017.
A falta de la última jornada individual Japón ya es lider inalcanzable pues domina las acciones de las categorías masculinas con dos títulos, una plateada y tres de bronce, seguida por Georgia con un oro y un bronce.
Mañana el georgiano Guram Tushisvhili aparece en las quinielas como principal candidato para revalidar el título del orbe del 2018.¿Lo conseguirá?
FOTOS: IJF