La canadiense Christa Deguchi (-57 Kg) obtuvo la medalla de oro en el reciente Grand Prix de Hohhot después de derrotar a las cinco rivales que enfrentó por Ippón y así comenzar de forma fulgurante su camino a la clasificación olímpica a Tokio 2020. Con este título suman 4 los oros conquistados en el 2018, después de vencer en el Open Europeo de Odivelas, el Grand Slam de París y el Campeonato Panamericano realizado en abril en Costa Rica.
Pero la historia de esta judoka es muy curiosa y no ha sido fácil.
Nacida en Nagano, hogar de algunos de los templos más emblemáticos de Japón y de los Juegos Olímpicos de invierno de 1988, Deguchi comenzó en el judo a los tres años. De padre canadiense y madre japonesa destacó desde temprano en el Judo conquistando por la nación del sol naciente las medallas de bronce y de plata respectivamente en el Mundial Junior del 2013 y del 2014. Con los Juegos Olímpicos de Tokío en el horizonte una idea rondaba su mente, poder participar en la cita estival.
Sin embargo su vida dio un giro radical en 2014, fue contactada por Nicolas Gill, dos veces medallista olímpico y director de alto rendimiento del equipo canadiense:"La contactamos varias veces durante ese lapso de tiempo para validar su interés en competir por Canadá y finalmente ella aceptó cambiar", recuerda.
Pero su decisión no fue simple y sí bastante dolorosa. La Federación Internacional de Judo (IJF) dictamina que los deportistas que poseen la doble nacionalidad y quieran representar a un nuevo país deben pasar por un período de tres años sin participar en torneos de la IJF, por lo que Deguchi pasó ese tiempo sin competir. Su debut comenzó a finales de 2017 y sufrió sendas derrotas en los Grand Slam de Abu Dhabi y de Tokio, sin embargo Christa no dejó de creer, ni de entrenar.
El resto es historia conocida,4 títulos en este año y 18 victorias consecutivas de la joven de 22 años que continúa viviendo y entrenando en Japón, supervisando su propio horario con la ayuda de sus entrenadores universitarios.y con el claro objetivo no solo de clasificar a Tokio, "sino de conseguir una medalla en los Juegos Olímpicos", dice ella.
Si finalmente Christa tiene éxito en Tokio, será el producto de la dedicación de toda una vida y de tres largos años de paciente espera. Por lo pronto Deguchi continua soñando y entrenando con dedicación y con la sabia paciencia del bambú japonés, pero con bandera canadiense.
FUENTE: Diversas
FOTOS: Klaus Muller